En poco tiempo los jujeños deberán concurrir a las urnas. El peronismo no logra hacer pie.
Lejos de la tan anhelada “unidad del peronismo jujeño”, la fragmentación del justicialismo local parece alcanzar cada vez mayor profundidad y encontrarse con un escenario de difícil reconciliación entre los diferentes sectores que en la actualidad se disputan el poder político de la oposición.
El escandaloso episodio que se vivió en la legislatura la semana pasada, en donde el presidente del bloque PJ-Frente de Todos, Ruben Rivarola pidiera la suspensión de la diputada Alejandra Cejas, candidata a su reelección y acérrima denunciante de la sociedad existente entre el empresario y el gobernador Morales, desató un nuevo round que llegó a oídos de los dirigentes nacionales.
La reacción de Rivarola ante las acusaciones de Cejas dejaron atónitos a sus compañeros y compañeras de bloque que en un cuarto intermedio intentaron convencer, sin éxito, al presidente del PJ de revisar su postura. Evitaban los legisladores justicialistas quedar envueltos en tal maniobra.
Lo cierto es que con acuerdo mediante o no, Rivarola fue nuevamente útil al oficialismo jujeño. Los diputados de la UCR y sus aliados celebraban la moción de suspensión y acompañaban la votación para sacarse de encima a una de las pocas dirigentes con pocos pelos en la lengua a la hora de denunciar las irregularidades de Morales y sus funcionarios.
La embestida de Rivarola contra Cejas causó enorme malestar en los dirigentes nacionales del Frente de Todos. Tal fue el cruce de llamadas y expresiones públicas de repudio que la legisladora Leila Chaer, representante de La Cámpora en Jujuy y con intenciones de una candidatura nacional, debió aclarar en sus redes que no era parte de la movida de quien preside su bloque.
Cabe destacar que hace poco más de un mes, la propia Alejandra Cejas logró un encuentro cara a cara en la Casa Rosada con el presidente Alberto Fernández, el jefe de gabinete Santiago Cafiero y parte de su gabinete.