El fallo de un juez de Rosario estableció que la mujer además contribuyó a la mejora patrimonial del demandado, que apeló la decisión y ahora deberá resolver la Cámara. Aseguran que la decisión del magistrado marca un tópico inédito en cuanto a la jurisprudencia.
En una semana donde las cuestiones de género elevaron su impacto en la opinión pública un fallo de la Justicia de la ciudad de Rosario provincia de Santa Fe asomó para marcar jurisprudencia.
Se trata de la decisión de un magistrado que ordenó a un hombre pagarle a su ex pareja por las tareas del hogar que ella realizó cuando estaban juntos.
El demandado deberá pagarle a la mujer el 25% del valor de mercado de una casa y de un auto adquiridos cuando estaban juntos, entre 2010 y 2017.
Marcelo Quaglia, juez en lo Civil y Comercial, entendió que esta mujer había aportado al enriquecimiento de su exnovio y también colaborado en la compra de una casa y un auto.
El hombre apeló el fallo que ahora deberá revisar la Cámara, el dato no menor es que esa pareja convivió durante un tiempo considerable.
Más allá de lo que pueda devenir en otras instancias del proceso, la decisión del juez Quaglia resulta inédita al considerar que el trabajo doméstico -en una relación convivencial de pareja- debe ser tenido en cuenta en términos económicos.
“No cabe duda alguna que la joven realizó aportes concretos y directos en las tareas de reparación, acondicionamiento y mejora del inmueble (y que) también colaboró a través de la prestación de aportes económicos indirectos a partir de las tareas que desarrollaba en el hogar y el trabajo en el negocio de su padre, independientemente que le fuera remunerado”, fundamentó el magistrado en su decisión.
La querella
La abogada patrocinante de la mujer, María Belén Marzetti, en diálogo con el programa Radiópolis, Rosario 3) detallo que ese hogar organizado le permitía a este hombre trabajar con tranquilidad y aumentar su patrimonio. “Llegaba a su casa después de una jornada de trabajo y encontraba la casa limpia y las compras hechas, con todo lo que contribuía a su bienestar” y acotó que además de las tareas domésticas, su clienta “hacía aportes económicos con trabajos en su negocio familiar” aunque además reconoció que quien más aportaba dinero en la vida de esa relación, era el hombre.
El juez Quaglia sostuvo en otro tramo de su resolución que “las tareas vinculadas a los denominados ‘quehaceres del hogar’, tienen un valor económico, que debe ser reconocido de manera efectiva y palpable. Corresponde reconocer jurídicamente el esfuerzo que la actora puso tanto en construir la casa que sería el hogar que integraba el proyecto de vida en común de la pareja, como los ingresos que dieron alivio al demandado para adquirir, por ejemplo, su rodado”.