Especialistas apuntan a esto como una causa de las demoras en el proceso. Destacan como deuda pendiente que la Ciudad tenga un Código Procesal de Familia.

El 85% de las personas que se registran para adoptar en la Ciudad de Buenos Aires pide que los niños y niñas tengan 3 años o menos, mientras que, en esa franja de edad, solo se ubica el 20% de quienes se encuentran en situación de adoptabilidad, lo que explica en parte las demoras en los tiempos que demanda el proceso, según explicaron fuentes oficiales.

Cuando un niño se encuentra en una situación de vulnerabilidad es separado transitoriamente de su “familia de origen”, en la Ciudad de Buenos Aires, en una primera instancia, es alojado en hogares convivenciales o en familias transitorias.

En tanto, el juzgado interviniente y el Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNA) intentan “fortalecer a la familia de origen para que esté en condiciones de hacerse cargo del cuidado y necesidades de ese niño”, explicó en diálogo con Télam Itatí Canido, directora general de Gestión de Políticas y Programas que tiene a cargo el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos (RUAGA).

Cuando se agotan las posibilidades de revinculación, el organismo de protección de los derechos del niño porteño eleva un pedido al juzgado para que determine la “situación de adoptabilidad” de ese niño y es ese momento en el que la justicia elabora una sentencia que tiene un plazo de 5 días para ser apelada por la familia de origen.

“Si esto ocurre, la causa se eleva a la Cámara y es ahí donde puede empezar a dilatarse el proceso, pero si se llegó a un acuerdo y la familia del niño o niña no apela, se crea un expediente, se pasa al RUAGA y comienza la búsqueda de familia para ese pequeño o pequeña”, apuntó la funcionaria.

Según precisó Canido, actualmente hay 700 “legajos admitidos”, es decir de postulantes para la adopción, y anualmente hay un promedio de 250 niños en situación de adoptabilidad, con estas cifras es casi imposible imaginar que hay niños y niñas esperando por una familia, sin embargo los “hay muchos que siguen esperando”, exclamó. “Pasa que los adultos que se acercan a la adopción siguen pensando en bebés, el 85 por ciento de los postulantes responden afirmativamente para recibir niños de hasta tres años, pero solo el 20 por ciento de los niños y niñas que esperan ser adoptados tienen esa edad”, explicó.

En este sentido, remarcó que “a veces son niños de 12 o 13 años o niños que tienen hermanitos” y ejemplificó con un caso real de “un nene de 13 años que pidió que no le busquen más una adopción a él, que lo desvinculen de sus dos hermanos (de 8 y 3 años) para que por lo menos ellos puedan tener la oportunidad de tener una familia”.

La adopción es una institución jurídica definida en el Código Civil como la manera de restituir el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir, crecer y desarrollarse en un ámbito familiar, “no es un plan B a la vía biológica para tener hijos, es una manera de conformar una familia”, apuntó Canido. Remarcó que “una deuda pendiente que tiene la Ciudad es tener un Código Procesal de Familia porque los plazos civiles están muy bien, pero los plazos de familia debieran ser más ajustados a lo que tiene que ver con los pibes”.