Muchas de las localidades de la provincia de Jujuy exponen cada vez más sus basurales a cielo abierto. Falta de respuesta local y provincial a la demanda de los vecinos.
Pese a los incansables anuncios por parte del gobierno provincial de cumplir con los slogan de campaña “Jujuy Verde” y “Jujuy Basura Cero”, se multiplican en la provincia de Jujuy los basurales a cielo abierto y no hay respuestas a las reiteradas denuncias de los propios vecinos y afectados.
El caso paradigmática es sin lugar a dudas la situación que se vive en Perico. A escasos metros del acceso a la ciudad se puede ver desde varios ángulos diferentes, un enorme basural por el que circulan no solo insectos y animales de mayor porte como perros, gallinas y hasta chanchos; sino también una gran cantidad de niños y niñas.
El estado del predio ubicado al margen de la ruta 9 es tan alarmante que los propios periqueños organizaron masivas jornadas de protestas en la municipalidad local. Al no obtener respuestas favorables por parte del intendente Demarco y sus funcionarios intentaron llevar sus planteos al gabinete provincial: el resultado fue otra vez la ignorancia.
El gran interrogante es qué pasó con el dinero asignado al GIRSU. El proyecto de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos recibió durante todos estos años un cuantioso presupuesto al que aportaron desde Nación y Provincia pero que no se reflejan para nada en la eliminación de los basurales.
Similar situación se vive en localidades como Abra Pampa o La Quiaca. Ambas ciudades presentan un incremento de los basurales a cielo abierto y sus intendentes Ariel Machaca y Blas Gallardo respectivamente, desligan la responsabilidad y culpan al Ministerio de Ambiente provincial por la falta de recursos para la adecuada gestión de sus residuos.