La visita de Alberto Fernández a Jujuy dejó al peronismo envuelto en un mar de dudas sobre la conducción justicialista provincial y la referencia del Frente de Todos en la provincia. Muchas fotos y pocos gestos dejó la presencia del presidente en el territorio más al norte del país.
Apenas corrió el rumor de que Fernández acompañaría el regreso del ex presidente Evo Morales desde La Quiaca a Bolivia, los principales dirigentes políticos de la provincia de Jujuy empezaron una carrera por mostrarse como los responsables de la presencia del presidente.
Guillermo Snopek, senador nacional; Carolina Moises, diputada nacional; Rubén Rivarola, presidente del Partido Justicialista y hasta el rector de la UNJU, Rodolfo Tecchi utilizaron hasta el minuto previo de la llegada de Fernández, sus contacto en Nación para convertirse en uno de los “bendecidos” por la comitiva presidencial.
Quien parece haber sacado mayor provecho es justamente Moisés. La legisladora nacional impuso su amistad con el intendente anfitrión Blas Gallardo para lograr una cercanía extrema al mandatario presidencial durante su estadía en La Quiaca. Snopek quizás por ello decidió refugiarse directamente en Buenos Aires.
Llamativo fue la ausencia del máximo representante del PJ, Rivarola quien ni siquiera apareció a saludar a Fernández y sus ministros. Desde su entorno aseguran que el presidente del partido estuvo en contacto todo el tiempo con los asesores de Alberto y que “la presencia de “sus intendentes” es prueba de la elección de Rubén de dejar el espacio para los compañeros”.
Se menciona además una llamada del secretario general de la presidencia, Julio Vitobello al ex gobernador jujeño Eduardo Fellner, pero no se pudo comprobar si tal comunicación existió y en todo caso el contenido de la misma.
El peronismo jujeño sufre una crisis de liderazgo desde hace ya largo tiempo y sus principales referentes saben que es necesario un acuerdo de unidad para revertir los resultados electorales adversos y empezar a encaminar nuevamente a un “compañero” que pueda conducir la provincia.
Si bien las bases del movimiento peronista espera una línea de Nación, la visita presidencial dejó más interrogantes aún sobre quién encabezará la oposición a Gerardo Morales. Desde los ministerios nacional optan por ahora por un contacto mano a mano con los intendentes locales.