Pese a que el viaje fue muchas veces anunciado por el gobernador como un acompañamiento a su gestión, finalmente Fernández se concentró ciento por ciento en Evo Morales y evitó el cruce.

El presidente Alberto Fernández arribó a la provincia de Jujuy el día domingo y permaneció allí hasta pasada la tarde del día lunes. El viaje que incluyó una noche de estadía en la ciudad de La Quiaca, fue un gesto del presidente argentino hacia el ex presidente bolivariano Evo Morales en su regreso a Bolivia luego de 11 meses de exilio.

Pese a haber estado alojado en la provincia y haber pasado en ella un jornada extensa habida cuenta que se trata de un mandatario presidencial, el presidente Fernández y el gobernador Morales no cruzaron siquiera un saludo protocolar. Uno de los secretarios que acompañó a la comitiva confirmó que “Gerardo no está en los planes del viaje”.

Sí llegaron a la ciudad jujeña fronteriza un sinfín de funcionarios, legisladores, intendentes y militantes justicialistas que codearon con la seguridad durante toda la estadía del presidente para poder obtener una foto.

El armado de la agenda presidencial que excluyó una visita al gobernador encendió la alarma en la gobernación de Jujuy. Hace un largo tiempo que Gerardo Morales intenta mostrarse cercano al gobierno de la fórmula Fernández – Fernández encabezando una defensa de las políticas del Frente de Todos que ni siquiera sus pares gobernadores del peronismo asumen de tal manera.

Gerardo Morales no fue el único excluido. Alberto Fernández tampoco quiso una foto con la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala. El presidente estuvo todo el tiempo con Evo Morales pero no fue de la partida cuando éste último visitó en la ciudad de San Salvador de Jujuy a la dirigente social que cumple en su hogar la prisión domiciliaria.