El gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales, intenta hace algunos días recuperar la iniciativa política luego de que varias encuestas nacionales informaran que el mandatario se encuentra entre quienes detentan la peor imagen de cara a la sociedad que gobiernan.

La pandemia desnudó en Jujuy la grave situación no solo sanitaria (la provincia estuvo al borde de la saturación del sistema de salud) sino también social y fundamentalmente económica que arrastra la gestión radical, acentuada en los últimos años en medio del gobierno de Macri, aliado de Morales.

Justamente sobre este último, existe un intento desesperado de parte del gobierno provincial por despegarse de algo reciente. Gerardo Morales fue el principal sustento territorial de Mauricio Macri no solo durante todo su mandato (2015-2019) sino también un hombre de extrema confianza durante la última derrota electoral en manos de Alberto Fernández.

Morales aportó no solo sus legisladores en cada una de las medidas impulsadas por el gobierno de Cambiemos, sino que fue también uno de los máximos responsables de mantener a gran parte de los radicales acompañando a Mauricio hasta el final.

La estrategia de tinte electoral adoptada por estos días hacia el interior de la provincia por el gobernador en la que discute las políticas de ajuste de Macri, no se condice para nada con lo conversado hacia puertas adentro con sus pares de la UCR en las que Morales sostiene a la oposición dura al actual gobierno.

Basta con mirar el crítico mensaje que los senadores y diputados nacionales de Cambia Jujuy lanzan en cada una de las sesiones virtuales; en donde reivindican además casi la totalidad de las decisiones del binomio Macri-Michetti.