Una importante mancha que acompaña al gobierno de la actual gestión de gobierno provincial, refiere sin dudas al tema de la defensa de género y en particular a aberrantes hechos de abusos o violencia sobre las mujeres jujeñas.
Pasan las semanas y Jujuy vuelve una y otra vez a ser noticia por hechos que involucran directamente a las mujeres, víctimas de los más variados delitos que van desde agresiones verbales, violencia económica, hasta lo más grave como los abusos o femicidios.
Jujuy no calla. Las denuncias se multiplican, los hechos se destapan y las víctimas, sus familias y la comunidad exigen una pronta respuesta por parte de la justicia y los órganos de gobierno. Las medidas impuestas por las autoridades gubernamentales, siempre tarde, no alcanzan para frenar la tragedia.
La legislatura debate un proyecto que involucra a las más variadas voces en materia de géneros y diversidades y que busca soluciones que desde el ejecutivo no llegan. Difícil saber el alcance que tendrá la ley y si el texto logrará llevar algo de tranquilidad a una población cada vez más afligida por los graves sucesos que sufren las mujeres.
Lo cierto es que las circunstancias hacen que deba adoptarse una actitud mucho más proactiva. Si no hay un verdadero abordaje de la cuestión y un trabajo en los territorios, difícilmente pueda cambiarse la agobiante realidad.
Aunque gran parte de la sociedad reconoce que el destape de los últimos casos de femicidios obligaron al gobierno a tomar nota y actuar. Algo se hizo pero lo cierto es que si no se empieza por una fuerte autocrítica nada indica que se conozca la verdadera gravedad del asunto.