Un 27 de octubre pero del año 2010 y en plena actividad del censo nacional, llegaba una noticia que inundaría de tristeza a una gran mayoría no solo de la sociedad argentina sino de la región latinoamericana toda.

Se confirmaba el fallecimiento del ex presidente y diputado nacional Néstor Carlos Kirchner. Una figura de enorme peso político que supo catapultarse por medio de una eficiente gestión realizada en su provincia natal Santa Cruz, hasta lo más alto del poder político nacional: el sillón de Rivadavia.

Kirchner fue el artífice de un proyecto social y económico que puso en pie a la Argentina luego de la profunda crisis institucional que atravesó el país durante el 2001 y que culminó con los cacerolazos, la represión policial y un grito casi al unísono “que se vayan todos”.

Durante el mandato presidencial del pingüino (2003-2007) logró recuperar una población diezmada. Inyectó una cuota de esperanza que logró sacar al país adelante con la participación fundamental de las clases más desprotegidas. Los números del ascenso social y la consecuente disminución de la pobreza dan cuenta de ello y hacen irrefutable cualquier opinión contraria.

Fue Néstor quien terminó de pagar una arrastrada deuda al FMI que le significaban al país presentar proyectos presupuestarios de ajuste. Nunca más al terrorismo de Estado fue también otra de las frases célebres del ex presidente que marcaban un rumbo con marcada presencia de los organismos de derechos humanos.

Tanto fue el aporte de Néstor, tanto el cariño logrado que a su velorio llegaron cientos de miles de personas con lágrimas pero también con alegría por lo vivido durante su mandato. Aquel 27 de octubre de 2010 y los días siguientes dejaron imágenes imborrables que perdurarán en la memoria del país.

Hoy, 10 años después, ciudades de todo el país lo recordarán de diversas maneras. Claro, la pandemia provocada por el covid-19 hace que la gran mayoría de las actividades deban llevarse adelante de manera virtual o bien con el necesario distanciamiento social.

Será una jornada distinta pero no menos emocionante. Hace días que las flores que ya florecieron vienen recordando su memoria y replicando su más íntimo legado.