Rizzoti, Burgos y Monaldi, decidieron no dar ni siquiera el debate aún sabiendo que podrían dejar sin ley al sector del turismo
El sector del turismo atraviesa en la Argentina un grave momento producto de la crisis económica que trae aparejada la pandemia que provocó la llegada del coronavirus y la consecuente cuarentena que fue decretada por el gobierno nacional que encabeza Alberto Fernández y luego acompañada por los gobernadores provinciales.
La provincia de Jujuy fue una de las primeras en habilitar hace un tiempo atrás el turismo local mediante un programa impulsado por el ministerio de turismo y que se denominó “Jujuy para los jujeños”. Sin embargo, al poco tiempo debió no sólo cancelar dicha actividad sino además decretar la vuelta a fase 1 en muchos lugares de la provincia debido a la aparición masiva de casos de COVID-19.
El poco alivio que tuvo por esos días el sector turístico provincial, fue rápidamente superado por un nuevo golpe. El cierre de hoteles, hosterías, locales gastronómicos y demás actividades vinculadas al turismo provocó nuevamente enormes pérdidas económicas para los comerciantes.
Tomando nota de la enorme afectación sufrida por el turismo argentino, el Gobierno Nacional trabajó desde el Ministerio Nacional una ley de alivio al sector en conjunto a legisladores y legisladoras nacionales.
El proyecto que entre otras cosas prevé la asistencia económica a los comerciantes y líneas aéreas; contempla un bono fiscal para las familias viajantes; crea un programa especial para el turismo de la tercera edad; crea un programa de financiación para los turistas estudiantiles, etc., fue debatido y aprobado por los diputados y diputadas del FdT el pasado 2 de septiembre.
Los legisladores de la oposición, entre ellos los diputados jujeños Rizzoti, Burgos y Monaldi, decidieron no dar ni siquiera el debate aún sabiendo que podrían dejar sin ley al sector del turismo y truncar un alivio las miles de familias jujeñas que viven de él.