Escondida entre las curvas que se empinan cada vez más desde Jujuyuna casa de familia hoy también es hospedaje general, residencia para artistas y centro de reunión para la divulgación del arte contemporáneo. Qué mejor paraje para la inspiración.

En la entrada al predio, don nidos de horneros nos dan la bienvenida.

A poco más de treinta kilómetros de San Salvador de Jujuy, Bárcena es un reducto mínimo que no se divisa a simple vista desde la ruta, aunque no está lejos. Como las mejores cosas, hay que buscarlas un poco.

Entre tanta belleza natural, algo que singulariza este sitio es que es una de las últimas escalas de un verde que pronto se despedirá definitivamente, cuando el camino empiece a subir a ritmo sostenido dándole paso al panorama árido y colorido que tendrá uno de sus grandes momentos en la cercana Purmamarca.

La casa grande.

Estamos en la Quebrada de Humahuaca, pero en una zona de mucha agua y abundancia, que se manifiesta en una alfombra verde, verde a las espaldas y también dándole un abrazo tierno a toda la casa.

En esta casa vivió durante veinte años Guillermo Miles, que comenzó el proyecto de cabañas llamado El Caserío dentro de su predio. Hoy sus hijos lo mantienen vivo y lo ensanchan, ya que, si bien se brindan al público general, aquí también funciona una residencia artística llamada Artes Visuales del Jaguar, y se realizan talleres y seminarios de arte contemporáneo, entre los más recientes, el de Ticio Escobar, de Paraguay, y el de Claudi Carreras, de Barcelona. Calma de provincia y proyección internacional.

Los muebles del antiguo living se llevaron a la galería, techada y cerrada en sus extremos, lo que la convierte en un refugio sumamente cómodo y también sorprendente.

La ventana con marco de madera y vidrio repartido acentúa la sensación de estar en los interiores, trae la gracia de la perspectiva y permite observar la serenidad del espacio de trabajo contiguo sin perturbar su actividad.

Cuando meses atrás visitamos El Caserío, tocaron típicos días de sol radiante y algunos poco habituales de niebla persistente. En todos, lo mejor era sentarse en la galería.

La inmensidad del verde, para mirar y nunca cansarse.

La entrada a la casa, desde la galería.

Puertas adentro.

Guadalupe trabaja en su nueva muestra frente al enorme hogar del living. Pufs con fundas de telar y manta (Illari, de Magdalena Sánchez de Bustamante). En el rincón, lámpara de resina (Sariri, Jujuy).

Además de inspiración, la artista Guadalupe Miles encontró en la casa familiar una posta cuando parte a trabajar, equipo de fotografía al hombro, a la selva o las salinas.

En los estantes de la cocina, obra de Itamar Hartavi (arriba), Virgen de Guadalupe en versión kitsch e individual blanco y azul (Welcometovilla).

Exploradora tanto en el terreno cultural y humano como en el de la fotografía, nos sumergimos en el trabajo de Guadalupe Miles sobre las comunidades aborígenes del Chaco salteño, algunas de las cuales adornan el comedor.

Frente a la mesa de trabajo, silla diseño Eames con patas de madera.

Semitransparente y sumamente sólido al mismo tiempo, este es el estudio donde Lupe trabaja con sus proyectos artísticos, el mismo que se ve desde la galería. Un sueño para todos, pero esencial si se trata de un fotógrafo, tiene abundante luz natural, largas superficies de apoyo y espacio para obras de referencia, consulta y, desde luego, las propias.

Vista del parque desde el estudio. Juego de sillones de ratán pintado de azul.

Visita a una de las cabañas.

La foto en blanco y negro es obra de Lucio Boschi, En el fondo, una foto de la serie "De la Selva", de Guadalupe Miles.

Imágenes de una de las cabañas, ambientada por Guadalupe Miles y Candelaria Aaset, de UncuPara esta ocasión la vistieron con alfombra y lámpara (Uncu, Tilcara) en el living, donde hay una obra de la serie “De la Selva”, que Lupe viene desarrollando internándose regularmente en la espesura más cerrada.

En el comedor, escalera (Uncu, Tilcara) y alfombra de la Feria Campesina de Volcán, pueblo vecino.

Los muebles de estilo clásico europeo se vivifican en el encuentro con la mejor tradición artesanal de los tejedores de la Quebrada de Humahuaca.

En el cuarto doble, colcha y cesto (Sariri). Pie de cama (Uncu, Tilcara).

Al estar pensada como residencia de artistas por lo menos parte del tiempo, esta cabaña tiene obras de autor en todos sus ambientes.

Cubrecamas, pies de cama y alfombra de los tejedores Sergio Portal y Espiridón Mamaní, de la Feria Campesina de Volcán.