La iniciativa surge por proposición del diputado nacional de Jujuy, Jorge “El Colo” Rizzotti.

El Proyecto de Ley de Importación y venta minorista de la hoja de coca en estado natural ingresará este martes y tiene entre los fundamentos, explicó Rizzotti, el de “concretar, con legislación acerca del origen y comercialización de un producto agrícola cuyo uso y consumo está permitido, una tarea pendiente de los representantes del pueblo argentino por el reconocimiento de prácticas alimentarias, económicas, simbólicas e identitarias que la contienen, y que son legado de los pueblos preexistentes a la Nación Argentina, que los reconoció constitucionalmente en 1994”.

Consideramos que hoy esas prácticas, si bien son de comunidades indígenas, también lo son de millones de argentinos y argentinas que crecimos aprendiendo en la cultura andina, y que reproducimos esas prácticas en diferentes ámbitos, más allá de nuestras identidades culturales”, sumó el autor de la iniciativa.

La Ley propuesta establece que la República Argentina reconoce a la hoja de coca como patrimonio cultural de los pueblos originarios y, a la vez, a la práctica del coqueo como el derecho que tiene toda persona a reafirmar una identidad cultural, con independencia de su nacionalidad o cualquier otra característica personal; autoriza la importación, la venta minorista, la tenencia y el consumo de hojas de coca en estado natural para el coqueo o tés y la exime –mediante modificación del artículo 15 de la Ley 23.737, de tenencia, consumo, importación o distribución de estupefacientes; faculta al Poder Ejecutivo Nacional otorgar autorizaciones para la importación, transporte y comercialización, como también a fiscalizar el origen y destino de la hoja de coca y a regular las cantidades permitidas de hoja de coca para la comercialización y transporte desde los centros de importación; y además plantea condiciones para importación y venta.

El año 2020 nos llevó, ante la pandemia, a repensar estrategias para el mañana cercano, y a darnos cuenta de que podemos replantear las del mediano plazo para un futuro con instituciones normativas que acompañen a un desarrollo más integrado en la diversidad cultural y en mejor relación con la naturaleza de la que somos parte. En ese sentido, muchas prácticas y saberes de las culturas que tienen persistencia milenaria cobran importancia sobre todo en su dimensión económica, que en parte abordamos en este proyecto, junto al reconocimiento de una práctica alimentaria y simbólica que es manifestación de la raíz y presencia indígena de la Argentina”, valoró Rizzotti sobre la pertinencia del Proyecto.