La imposibilidad de acceso a las escuelas por las medidas de aislamiento provocan que miles de chicos no puedan asistir a la educación.

Pese a los esfuerzos del Gobierno Nacional, a través del ministerio de educación, para implementar plataformas virtuales de educación para todos los niveles educativos y el acompañamiento de la cartera provincial, lo cierto es que la falta de conectividad a los servicios de internet o telefonía móvil deja a miles de niños, niñas y adolescentes sin acceso a los contenidos en estos tiempos.

Como alternativa a la carencia de conexión virtual, el ministro Nicolás Trotta junto a su gabinete decidieron días pasado, entregar a lo largo de todo el país cartillas impresas del material que ya se venía trabajando en la web y canales de televisión. Para ello se firmó además un convenio con cadenas de supermercado que funcionaron como centros de logística y distribución de las impresiones.

Sin embargo, la grave situación provocada por la pandemia deja al descubierto, una vez más, la enorme desigualdad que hay entre los estudiantes de los sectores más remotos de la provincia con respecto a aquellos otros con comodidades y acceso a la tecnología. Es que para los primeros, la presencia en las escuelas es el único método posible de aprendizaje.

Será un trabajo arduo el repensar la educación para los tiempos que se vienen. Cabe la necesidad de contemplar estas características diferenciales entre los niños, niñas y adolescentes, muchos de los cuales en tiempos de “normalidad” caminan muchas horas hasta sus establecimientos.

Recientemente en la provincia se conoció el caso de los jóvenes de la localidad puneña de Rodeo, cercano a la Laguna de Pozuelos en el departamento Yavi, que se acercaron a la escuela número 169 solicitando su ingreso para conectarse a Internet y poder resguardarse de las condiciones climáticas.